lunes, 5 de agosto de 2013

Capitán América nº 30-31

Guion: Rick Remender
Dibujo: John Romita Jr.
Portada: John Romita Jr.
Recopilan Captain America nº 6 (junio de 2013) y Captain America nº 7 (julio de 2013)

Lo mejor: Nada en particular. Tal vez, cuando se sugiere sutilmente un paralelismo entre lo que está haciendo Armin Zola con los mutantes y lo que hacía la Alemania nazi con los judíos.

Lo peor: Nada en particular. Si acaso, alguna viñeta en la que parece que John Romita Jr. no se aclara con las proporciones del cuerpo humano.

Puntuación: 5 sobre 10.

Aprovecho que he leído de tirón estos dos cómics para reseñarlos en una sola entrada. Al fin y al cabo, forman parte de la misma historia y los autores son los mismos, así que lo que diga es válido para ambos.

Pues bueno, aquí tenemos dos nuevos capítulos de la saga con la que Rick Remender ha iniciado su etapa en Capitán América. Nuestro protagonista sigue en la Dimensión Z, más desquiciado que nunca por los años que han pasado desde que llegó allí (ya veremos cómo resuelve el guionista lo de que pasen tantísimos años, mientras en el Universo Marvel apenas deben haber pasado unos días desde el inicio de Marvel Now!), por las atrocidades cometidas por el doctor Armin Zola y, sobre todo, por la pérdida de su "hijo", el pequeño Ian. Y es que pese al patriótico logotipo que luce cada portada, esta serie no trata de politiqueos, sino que ha adoptado un carácter muy kirbyriano: escenarios como Zolandia o los laboratorios, los diseños de Negro Azabache o los monstruos que cada dos por tres aparecen... Todo hace pensar en la influencia que Jack Kirby a la hora de hacer estos cómics.

En parte, es una apuesta interesante por parte de Remender, que así se diferencia de la etapa anterior escrita por Ed Brubaker, pero por otra, se hace raro ver al Capitán en una situación como la que presenta esta saga. Corregidme si me equivoco, pero no recuerdo a Steve Rogers en una aventura que le lleve realmente a tomar venganza hacia sus enemigos, partiendo cabezas con su escudo o provocando que un enemigo sea atravesado por unos pinchos. Sí, vale, los monstruos no son seres vivos, dice el comic, pero... ya me entendéis, ¿no? Que me parece bien, que prefiero un Capitán más agresivo y que, además, la historia justifica esta actitud, pero como decía, es una apuesta arriesgada; siempre habrá detractores que prefiere al héroe perfecto. A mí, aun sin disgustarme, me parece un comic que se podría haber hecho perfectamente en los años 90: acción, violencia, pesimismo... Que conste que soy partidario de hacer cosas distintas, que ya habrá tiempo para volver a otros enfoques, pero... no sé, no termino de cogerle el punto a esta etapa. Además, es que está resultando muy larga: ya llevamos siete episodios y, al parecer, no terminará hasta el décimo (número 34 de la edición de Panini). Me parece que Remender se ha pasado de pretencioso.

Lo que salva el comic son los dibujos de John Romita Jr., que podrá recibir todas las críticas que queráis, pero sigue al pie del cañón como uno de los mejores. Además, hace todos los episodios y evita los desgraciados cambios de dibujante, que es lo peor que le puede pasar a una serie. Y eso que de vez en cuando dibuja cosas raras, como que Ian parece una niña.

¡En fin! Que no estamos ante una etapa memorable para el Capitán América, pero cosas peores se han visto. Como mínimo, aguantaré hasta el fin de esta saga y luego sopesaré si continúo adelante. Ya se sabe que Romita Jr. será sustituido por Carlos Pacheco y que la historia será más terrenal, con Nuke como villano.

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