ANTECEDENTES
En los años 80, Uncanny
X-Men se convirtió en la colección más exitosa de Marvel Comics vendiendo
medio millón de ejemplares cada mes y superando en popularidad a personajes tan
conocidos como Spiderman o Hulk. Pero si los mutantes pasaban por una etapa muy
dulce en los cómics muy distinto era en proyectos más ambiciosos, como series
de televisión o películas de imagen real. Tal vez la traslación de un medio a otro
era excesivamente complicada por el abundante número de personajes y la
dificultad técnica para plasmar sus extraordinarios poderes. Si acaso, la única
posibilidad era una serie de animación, pero más allá de una aparición estelar
en Spider-man and his amazing friends,
los X-Men parecían estar limitados a las viñetas.
En 1989, Marvel dio por fin el primer paso para la
producción de una serie de televisión protagonizada por estos personajes. Para
ello, se dedicó el presupuesto que, inicialmente, iba a estar destinado al
episodio número 13 de RoboCop: The
animated series, para realizar el episodio piloto y se contrató a Toei
Animation, el estudio japonés del que habían salido series tan conocidas como Mazinger Z o Transformers. Como era de esperar viniendo de un estudio nipón, la
animación era superior a la de las series norteamericanas en todos los
aspectos, aún padeciendo continuas repeticiones de algunas secuencias con el
fin de reducir costes. Desgraciadamente, el episodio fallaba en la parte
literaria. Por un lado, el argumento parecía hecho con la misma plantilla que
otras series americanas: el grupo de los buenos tiene que detener la amenaza
del grupo de malos, estos últimos terminan escapando –obviamente, para volver
en el próximo episodio- y los protagonistas se despiden del espectador lanzando
un mensaje al aire: ¡Sí, los X-Men han
vencido a Magneto, pero quién sabe la próxima vez. Magneto anda libre por ahí,
esperando, planeando… ¡Preparándose para destruir a la humanidad! ¡Pero ante
cualquier desafío o amenaza, los X-Men estarán allí impedirlo! Curiosamente,
lo único original al respecto era que la voz pertenecía al mismísimo Stan Lee.
Hablando de voces, una de las críticas más duras venía por la voz de Lobezno, que pertenecía a un actor australiano, cuando el personaje es canadiense: durante el capítulo, Lobezno le llama “dingo” (una especie de lobo propia de Australia) a Pyro y los productores pensaron entonces que debía ser de origen australiano, de ahí que eligieron un actor originario de ese país. Al margen de esta anécdota, también es cierto que había algunos diálogos que se atrevían a hablar sobre la marginación de los mutantes por parte de los humanos, pero en general se pasaba de puntillas sobre el tema y, en cualquier caso, el tratamiento era muy inocente.
Por todo esto, el proyecto se quedó en un simple episodio que fue comercializado directamente en vídeo -y que a España ni tan siquiera llegó. El título que se le dio, Pryde of the X-Men, hacía referencia a Kitty Pryde, la joven mutante mediante la cual conocíamos al Profesor Charles Xavier y a la Patrulla-X, aquí formada por Cíclope, Tormenta, Lobezno, Rondador Nocturno, Coloso y Dazzler. La amenaza a la que hacían frente era Magneto, quien de primeras era preso del ejército norteamericano y era liberado por sus compañeros de la Hermandad de los Mutantes Diabólicos: la Reina Blanca, Juggernaut, Pyro, la Mole y el Sapo. También se presentaban otros elementos típicos de los cómics, como la Sala de Peligro, Cerebro, el Pájaro Negro, el Asteroide M o el dragón Lockheed. En general, los personajes eran fieles a sus versiones de papel, pero se podían encontrar diferencias, como que la Reina Blanca pertenecía a la Hermandad y que lanzaba rayos o que Lockheed se encontraba en el Asteroide M sin saber muy bien por qué.
Sidney Iwanter, uno de los miembros ejecutivos de la cadena Fox Kids, recordaba la impresión que le dejó: Marvel produjo aquel episodio piloto para ofrecérselo a Fox y ver si estaban interesados en realizar el proyecto. Pero cuando los ejecutivos lo vieron no les agradó lo más mínimo. Yo también me quedé con la boca abierta. Era una producción de la propia Marvel, pero ¿era eso lo que querían hacer con X-Men? Era una basura. Era como si todo lo que se podía hacer mal estuviera en ese episodio. Me refiero, por ejemplo, al enfoque que le dieron a Lobezno… ¡Pero si hasta le pusieron acento australiano! Luego estaba lo del protagonismo de Kitty Pryde. No lo entiendo. ¿Quién demonios es Kitty Pryde? No es un personaje tan importante como para que todo girara en torno a ella.
Pese a que el proyecto no salió adelante, Konami trasladó el concepto y los diseños a la salas de recreativos de todo el mundo en forma de un juego de arcade similar a otros de la época (Golden Axe, por ejemplo). La Patrulla-X tenía, primero, que salvar el mundo de Magneto y después rescatar al Profesor X y a Kitty Pryde, quienes habían sido secuestrados por el propio Amo de Magnetismo. Este juego presentaba algunas novedades respecto al episodio de televisión, como la aparición de los Centinelas, Nimrod, el monstruo Wendigo o Mística -que usaba su poder mutante para hacerse pasar por otros personajes. También había un pequeño homenaje a los cómics de John Byrne, pues en los créditos finales aparecían dibujos suyos de X-Men.
No hay comentarios:
Publicar un comentario