
Respecto al comic propiamente dicho, Scarlet es una joven corriente, de clase baja, de esas que visten en plan modernillo y que hacen vida en las calles y los parques con sus amigos, echándose unas cervezas. Un día, un policía corrupto asesina a su novio y con ella casi lo consigue, todo por pensar que llevan drogas e intentar adueñárselas. El agente sale indemne del asunto, mientras los medios de comunicación tratan la noticia tachando al muchacho como un simple delincuente. Scarlet tiene entonces una revelación: el mundo apesta. Y ella va a cambiarlo.
Aquí no hay súper poderes ni zaranjadas típicas de cómics de superhéroes, aunque Scarlet hace un papel anti heroína similar al de Punisher. Al margen de esto, es una serie con personalidad propia y con algunas características interesantes, como que el personaje habla directamente al lector. Entre otras cosas, nos insiste en que nosotros no seremos simples espectadores, sino que tendremos que participar activamente. Desgraciadamente, para cuando termina el quinto episodio, no queda claro a qué se refería.
Bendis hace un buen trabajo y para mi gusto, no se excede en sus habituales tics como guionista. La historia avanza en base a los diálogos y presenta algunos momentos bastante interesantes. Por otra parte, el dibujo de Maleev es sensancional, yendo de más a menos, eso sí, y pese a un uso poco natural de filtros de Photoshop.
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