Dolmen nº 184

Este mes sale a la venta el número 184 de la revista Dolmen. Esta entrega incluye un extenso artículo escrito por Raúl Peribáñez y Carlos Ciurana y dedicado a la Sociedad de la Justicia de América que repasa la trayectoria de este grupo desde la etapa de Geoff Johns y Alex Ross hasta los recientes episodios firmados por James Robinson, pasando, cómo no, por la etapa de Bill Willingham. Además, se habla de otros cómics relacionados como son JSA All-Star o Magog que, muy probablemente, quedarán inéditos en español.

Por otra parte, en Dolmen nº 184 se publica una entrevista a Jesús Merino (dibujante de muchos de los cómics que son comentados en el artículo) que es un perfecto complemento.

A continuación os dejamos un breve extracto de este artículo:

Los lectores de cómics de superhéroes estamos acostumbrados a que las series requieran cada dos por tres de un “plan renove” urgente. Esto se traduce en cambiar a los autores, plantear otra dirección argumental, introducir nuevos personajes, etc. El caso de JSA, sin embargo, es una de esas raras excepciones, pues desde que comenzó su andadura en 1999 que gozaba del apoyo de los aficionados, por lo que la serie seguía adelante con firmeza. Pero un lavado de cara nunca va mal, así que cuando el guionista Geoff Johns va a volver después de varios números ausente (concretamente los comprendidos entre el 82 y 87, escritos por Paul Levitz) no lo hace en JSA, sino en un nuevo título: Justice Society of America. Además, con el fin de que el relanzamiento no quede en un simple cambio de nombre, Johns busca una trama argumental que cree un poco de revuelo. Con el título Que venga a nosotros su reino, retoma los conceptos de Kingdom Come, esta vez con el beneplácito de su creador, Alex Ross, quien participa escribiendo el argumento.

Antes que nada, y por si alguien ha estado bajo un puente, recordemos que Kingdom Come era una historia alternativa, uno de esos Elseworlds (Otros mundos) que tanto se prodigaban durante los años 90. En este hipotético mundo las cosas se habían torcido cuando Magog se ganaba el favor de la sociedad con sus métodos violentos, mientras Superman quedaba como un héroe desfasado. A la vista de que los tiempos habían cambiado y que él no parecía encajar, el Hombre de Acero decidió retirarse indefinidamente. Este acto llevó también a que la comunidad de superhéroes perdiese su referencia y que los valores morales se difuminasen en la lucha contra el mal. Así, los superhéroes tradicionales optaron también por retirarse mientras las nuevas generaciones se convertían en auténticos antihéroes. Estos últimos abusaban de sus poderes y actuaban por simple diversión provocando más problemas de los que evitaban. Crispados por esta situación, las organizaciones internacionales comprendieron que solo había una forma de erradicar a estos presuntos superhéroes: el ataque nuclear.

Al margen del argumento, la gracia de Kingdom Come estaba en el rediseño que Ross hizo de decenas de personajes conocidos como Starman o Flash, a la vez que introducía otros nuevos como Ciclón. En DC gustaban tanto que, poco a poco, muchos se fueron introduciendo en las series corrientes, casi advirtiendo de que el mundo visto en Kingdom Come no era tan alternativo como pudiéramos pensar. En relación con esto, también hay que recordar The Kingdom, una serie que debía vincular definitivamente el Universo DC con la obra de Ross. Pero las cosas no salieron todo lo bien que se esperaba, en buena parte porque la editorial no tenía en cuenta las ideas del autor. The Kingdom fue frustrante porque habría participado si me hubiesen hecho algo de caso, dice el artista. El editor Paul Levitz estaba muy interesado en que las ideas de Kingdom Come afectasen al Universo DC contemporáneo. Le di el nombre de The Kingdom y aporté muchas ideas a todo el proyecto que poco a poco conseguirían que tomara forma. Por desgracia, todo acabó con la coordinación que llevaban el editor y el guionista Mark Waid. Yo no era más que el tipo que hacía las portadas.

COMPRAR DOLMEN Nº 184